jueves, 22 de noviembre de 2012

El Fundamento del Coaching II


(De la serie “El futuro programado”… ver el post del 12/11/12)

                  Continuando con el programa que les ofrecí sigo con el tema del fundamento.

                  El ser humano es el fundamento sobre el que debe basarse cualquier iniciativa intelectual o instrumental con respecto al coaching. Fin y medio no deben confundirse, lo menciono porque es una tentación muy frecuente dejarnos deslumbrar por las últimas técnicas revolucionarias jamás reveladas, por el último secreto  o los 5.8 pasos del coaching perfecto.

                  En coaching no hay secretos, seguro que hay mucho por aprender, descubrir y acoger de otras disciplinas, pero en lo que respecta a su fundamento, insisto, es la persona el eje central. Ampliando el post anterior retomo los tres puntos sobre los cuales he planteado la reflexión sobre el misterio insondable de nuestra humanidad.

                  Somos una unidad sicológica, biológica y espiritual. El hombre reúne en sí el mundo material en su cuerpo y el mundo espiritual en su alma (cf. G S 14). No existe el dualismo que sostenga dos principios en el hombre, uno bueno, el alma, y otro malo, el cuerpo. Ambos son buenos y necesarios para la realización plena de la persona. “…el auténtico desarrollo del hombre concierne de manera unitaria a la totalidad de la persona en todas sus dimensiones” (cf. CV 11).

                  Este criterio nos debe prevenir de acceder a corrientes que desprecien abierta o encubiertamente alguna de estas dimensiones. En su afán por conocerse el ser humano se ha seccionado y super especializado en algunos de los infinitos atributos de su ser y en este ejercicio ha olvidado que su realización plena contempla toda su existencia. Esté atento a los reduccionismos.

                  Somos seres en permanente desarrollo. Nuestra vida es un proyecto por llevarse a cabo y tiene un sentido único y particular. Este sentido o propósito particular marca, o debería marcar, la pauta de nuestro despliegue. El ser ajeno a este propósito nos sume en un vacío existencial. “El hombre se autorealiza en la misma medida en que se compromete al cumplimiento del sentido de su vida” Viktor Frankl.

                  Como coach o coachee debe prestar particular atención a su proyecto de vida marcado por el propósito que ya conoce o está en proceso de conocer. Esta es una de las experiencias más hermosas por las que usted puede pasar, a saber, la búsqueda del sentido trascendente de su propia existencia. Es en este camino de su experiencia vital única e irrepetible donde se encontrará con la belleza de su ser auténtico, cualquiera sea su condición actual.

                  Nuestra vocación a la felicidad es otro rasgo que nos caracteriza y es parte de la definición de lo que somos. No existe ser humano que no anhele ser feliz aunque tenga adormecida la consciencia por innumerables factores, no pocas veces el mal y el odio surgen de una frustrada o equívoca búsqueda de felicidad. ¿Dónde está el error?.¿Dónde se frustra?. ¿Dónde nos equivocamos?.

                  No olvide nunca esta premisa. Lo que quiere la persona que tiene al frente o lo que usted busca en la persona que tiene al frente es básicamente una búsqueda de felicidad, aunque no lo parezca. Es muy importante purificar nuestras intenciones para tener la delicadeza y precisión necesarias en nuestra aproximación. Sobre la relación entre el amor y la felicidad profundizaremos en una serie especial de ensayos.

                  Somos. Somos unidad que se abre a la vida y se despliega en la búsqueda de su felicidad. Siempre, repito, siempre en relación con otros. Y el coach, en gran parte, cumple un rol muy importante en esta búsqueda. Que gran responsabilidad!.

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