sábado, 1 de diciembre de 2012

Sobre tolerancia, indiferencia y necedad.


               "No es tolerante quien no tolera la intolerancia".
                  Jaime Balmes, filósofo y sacerdote español (1810-1848)
             
  Sobre la tolerancia se ha escrito abundantemente (y se habla aun mas) desde hace mucho tiempo. Aquí solo pretendo hacer algunas distinciones.

En el contexto del coaching es preciso tener una postura al respecto porque estamos frente a personas con un conjunto de creencias, costumbres, hábitos, criterios, culturas y todos estos elementos se encontrarán en un punto concreto para convertirse en las palabras que usted escuchará como coach o dirá como coachee y viceversa. Palabras que serán la base de todo el proyecto.

La palabra tolerancia es un verbo, es decir, indica una acción concreta sobre un sujeto. La tolerancia, del latín tolerare (sostener, soportar), es una noción que define el grado de aceptación frente a un elemento contrario a una regla moral, civil o física. Más generalmente, define la capacidad de un individuo de aceptar una cosa con la que no está de acuerdo. Y por extensión, la actitud de un individuo frente a lo que es diferente de sus valores.

                  La indiferencia es una actitud que consiste en no tener inclinación ni rechazo por algo o alguien, en otras palabras, a una persona con actitudes de indiferencia le da lo mismo una cosa o la otra. No acepta activamente nada y rechaza pasivamente todo. No es un punto medio, es una negación. Una persona así puede ser etiquetada como “tolerante” pero como hemos visto, son dos actitudes completamente distintas.

                  La necedad, en el sentido de este tema, tiene dos caras. Una es la del intolerante consumado y cito a un grande para sostener mi punto :“La intolerancia puede definirse como la indignación de los hombres que no tienen nada que opinar.” G.K. Chesterton.

La otra cara de la necedad se vé en aquel indiferente que se cree tolerante por el simple hecho de “atracar con todo” y defiende cualquier postura que el antojo, gustito o moda le resulte atractiva por motivos que solo el sabe o cree saber; se convierte en un feroz beligerante en contra de cualquiera que opine distinto que él, siempre enarbolando el estandarte de la tolerancia. En el fondo quiere que todos atraquen todo, que sean como él. Es el intolerante defensor de la tolerancia vacía.

Existe una postura que considera a la misma tolerancia como un acto de superioridad inadmisible, no reconoce diferencias o se niega a que ellas existan. Se preguntan…¿porqué tengo que someterme a tu tolerancia?. Este extremo niega desigualdades, jerarquías y órdenes que son naturales. Pierden de vista la riqueza de la pluralidad y sientan su base en un profundo egoísmo.

Muy bien… y  ¡¿qué pasó con el coaching?¡. Este punto es central cuando usted define o redefine los principios y valores rectores de su proyecto de vida o de cualquier otro proyecto relativo a su despliegue como persona. Pregúntese que cosas tolera y qué cosas no, a qué es indiferente, cómo entiende la desigualdad. Este es un ejercicio fundamental en la práctica del coaching. Entenderse lo ayudará a entender.

Yo creo que tolerar es un acto de amor, de aceptación de la persona, no necesariamente de lo que hace esa persona. De esto depende mucho la relación coach-coachee.
                 
                  Si no le queda claro, no se preocupe, en la práctica se dará cuenta.

13 comentarios:

  1. Me gusto mucho tu conclusionsi basicamente creo q la tolerancia es un acto de amor .

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  2. Jesús... "Rey de todos los Reyes", "Rey de la Tolerancia", "Rey del Amor" :)

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  3. Definitivamente un buen tema para todos. Dar respuesta sincera a la interrogante: ¿Qué cosas toleras y qué no? nos ayudará a efectuar un balance para nuestra vida laboral y personal. Más aún para aquellos que hacemos coaching.

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  4. Tolerancia, interesante virtud sobre todo si conlleva la aceptacion. Siempre he pensado que cuando somos intolerantes con otros es porque no sabemos aceptarnos a nosotros mismos y rechazamos a otros porque vemos reflejados en ellos lo que no nos gusta de nosotros. Estoy de acuerdo contigo que la tolerancia es una de las caras del amor. Para saber brindar amor hay que empezar por amarnos a nosotros. Muy intersante tu disertacion. Felicitaciones

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  5. Gracias Elvira, no lo hubiera podido resumir mejor, suscribo tu comentario.

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  6. "No es tolerante quien no tolera la intolerancia".
    Una frase que parece ser un juego de palabras, pero realmente llama a la reflexión.
    Un inicio de artículo cotundente, que luego da paso a lo descriptivo, para finalmente terminar llevándolo al lado más humano.
    Excelente, gracias por compartirlo.
    Manuel NP

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  7. Como distiguir si uno es tolerante o no?? Muchas veces somos conscientes que la tolerancia es la clave de las buenas relaciones, sin embargo no lo ponemos en práctica, pero como saber que se está actuando mal si es que somos intolerantes ante un tema determinado porque estamos convencidos de que tenemos la razon???

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    1. Estimada Vanessa,

      El comentario posterior de Lucas responde en parte tu pregunta. Yo agregaría que no se trata de aceptar el error del otro, sino al otro y actuar en consecuencia con mis valores y principios.

      Si tu razón está anclada en principios y valores consecuentes entonces tienes el deber (y el derecho) de manifestarlo de la manera que la situación amerite.

      Ricardo.

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  8. Eugene Ionesco decía "Intolerante es quien no tolera la intolerancia". Lo decía en un contexto de crítica a la opresión comunista en su país que no dejaba la libertad de expresión.

    Creo que hay que distinguir entre la virtud de la tolerancia, si puede llamarse así, que está ligada al respeto al otro, a su libertad. Como en un gobierno que debe escuchar las críticas fundadas y reales.

    De la tolerancia como aceptar el error del otro, eso me parece una ideología, que es lo más frecuente, no creo que sea una virtud, más bien, lo entiendo como algo perverso.

    Las virtudes se distinguen de los vicios por estar en la esfera del bien moral. Bueno es lo que lleva al otro a ser más humano, amar, ser feliz. Cuando alguien me pide que sea tolerante con su mal (por ejemplo, alcoholismo, pedofilia, etc) todos reaccionamos diciendo que es algo aberrante. Pero cuando se pide tolerancia con valores cada vez más relativos en la sociedad, menos "chocantes", la tolerancia aparece como una gran virtud.

    Para mi es un caballo de troya. Lo que debemos buscar es la virtud de la honestidad, veracidad, respeto. Odiar el pecado y amar al pecador, como decía San Agustín, si es que lo queremos ver en términos cristianos, y que recuerdo, es la base moral de occidente, o de lo que queda de él.

    Lucas S.

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  9. Hola Lucas,

    Efectivamente yo tampoco creo que la tolerancia sea una virtud en sí misma. La intolerancia está más lejos aun. La firmeza no es intolerancia y está relacionada con la virtud de la fortaleza.

    Mi punto aquí es decir que no debemos olvidarnos nunca de la persona, aunque ésta tenga una conducta reprochable o traicione su propia humanidad. La caridad exige justicia y fortaleza, tambien contempla la misericordia.

    Que se aplique la justicia a quien lo merezca pero nunca olvidemos que no somos algo sino alguien. El utilitarismo y la cosificación del ser humano es una de las perversiones mas enraizadas en nuestra cultura.

    Ricardo.

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  10. Hasta que punto es permitida la tolerancia...Tiene un tope ?? Existe una una escritura biblica en Mateo 18:21-22. Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?. Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.”
    Setenta veces siete dan un total de 490 veces, es este tope que dio el salvador a la tolerancia entre los hombres. Estudiar ¿Qué cosas estamos dispuestos a tolerar y qué no? nos ayudará a efectuar un balance para nuestra vida laboral y personal. Antes es bueno ponerno en el zapato de cada situación. Gracias por compartir esta nota muy interesante. Me ha servido mucho en lo personal y profesional.

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  11. Como estamos hablando del futuro del Coaching... ¿no? Creo que el concepto de tolerancia debe proyectarse a lo que se pretende lograr con el actor.

    El rol del Coach debe ser definido con propósito y el actor es quien debe aceptar al Coach. Después de todo es para el actor y por el actor que existe el rol del Coach.

    Desde mi perspectiva de Coach, mi labor es ayudarle al actor a resolver dilemas y conflictos que enfrenta, ya sea en su vida profesional, laboral y/o personal (a veces en todas). Para ello es crítico que descubramos causas y no focalizarnos en los síntomas (tolerancia, indiferencia, necedad, etc.). Es mi opinión que la verdadera labor del Coach trasciende el tradicional enfoque de confesor/sicólogo a uno que se centra en el pensamiento racional y emocional del actor.

    Les invito a complementar lo anterior visitando http://www.cidce.net/index.php/recursos y analizando los boletines desplegados.

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  12. A veces confundimos la tolerancia y la indiferencia....., estoy de acuerdo que la tolerancia es un acto de amor, pero, también la indiferencia es un acto desamor.....

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